El fin de semana se presentaba ambicioso, decidimos pescar el sábado por los mares de Candás y el domingo por los de Luarca, así que preparamos la salida para el primer día y temprano nos juntamos las tripulaciones de seis embarcaciones del "Club del 17" en un bar junto al puerto para tomar un café y como no pegar unas risotadas con las bromas de unos y otros.

Salimos juntos y nos abrimos en abanico cada uno para un sitio, nosotros decidimos hacer un poco de jigging para entrar en calor ya que la brisa marina pegaba fuerte y el mar movia un poco. Pasada tras pasada y los peces no aparecian.

Nos avisa un compañero que nos acerquemos a su lado, los tiene debajo, así que toda la flotilla ponemos rumbo a su zona. A la segunda pasada Segis engancha uno  que prometía , le doy un poco de vida al inchiku y ¡zas! engancho a su compañero que era un poco mas grande.

Con las prisa habiamos dejado la sacadora en la cabina y los dos liados con los peces, así que el primero que llegó con la pelea se soltó del anzuelo pero 90 metros son demasidas para sobrevivir a la descompresión, así que quedó flotando hasta que Resty le metió gancho para cachondeo del personal.

Para el segundo ya no hubo problema, la sacadora ya estaba en posición además y yo que me lo tomo con calma ya le había agotado frenando un poco sus carreras, además los dos anzuelos estaban clavados en el labio por lo que soltarse era difícil.


Para rematar me entró un buen calamar al señuelo, al principio pensé que era un sanmartin pero ¿Quién desdeña un hermoso calamar de mas de un kilo? Así que cena y tapas para toda la familia.






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